Ajam, yo sé que dije que el fin de semana actualizaba con un microrrelato, pero ¿adivinen que? Tengo problemas técnicos con mi portátil, como ya todo el mundo sabe, así que fui a la casa de uno de mis familiares a que me quemaran el DD y ¡ohhh sorpresa! Su portátil tiene Windows 7, el mío Vista y para poder quemar, tuvimos que reescribir el Vista con el 7 (luego de comprobar que la entrada del DD si servía en ese HP). Así que saqué lo más importante en un DVD, y llegué aquí y este viejo PC no reproduce DVD y ando de brazos cruzados, así que le metí mi DD a mi portátil y ¡Oooh maravilla! no inicia el sistema porque tiene reescrito el Win - 7 y mi compu es Vista. Trate de utilizar el Recovery ¿y que creen? error, error, error.
Así que ni siquiera sé si mi portátil funciona como debe desde que me lo entregaron ayer porque ahora ando sin DD!!
Fuuuuck!Por eso no hubo actualización. Pero hooray! tenemos convocatoria para una nueva recopilación de relatos homoeróticos y yo ya estoy trabajando en mi cuento!
Clasificación: NC-17
Aclaraciones: Esta es una historia original, por tanto sus autoras tienen todos los derechos reservados sobre sus personajes. Sin embargo, existen aportes de cultura Pop que pertenecen a sus dueños.
Los lugares representados en la historia existen.
Advertencia: (I)Aunque existen alusiones a prácticas peligrosas, y las mismas existen, no se recomienda copiarlas o efectuarlas, simplemente se muestran aquí como material informativo.
(II)Las organizaciones mencionadas si existen, y los abusos contra los animales mencionados, también ocurren, y SON un delito.
Gracias por sus comentarios!!
La ducha que se había dado en el baño de la habitación de huéspedes había sido rápida y reconfortante, además había aprovechado para masturbarse rápidamente y seguir así con su vida. Había aguantado mucho la noche anterior y en el duermevela se había cuestionado varias veces levantarse y atenderse. Como siempre, la pereza había ganado hasta que no soportó seguir ahí, con el cálido cuerpo perfecto recostado contra él, mientras evaluaba la belleza de cada uno de sus rasgos.
Ulisses ni siquiera se había movido cuando el rubio le había dado un beso detrás de la oreja, ni cuando Devlin se cambió de ropa, o corrió las cortinas para que la luz no le molestara, o recogió el reguero de ropa de la noche anterior o había preparado el desayuno.
Así que cuando timbraron a las ocho y abrió la puerta, para lo único que no estaba preparado era para ver, de nuevo, la cara de Santiago asomando por su piso.— ¿Y Pearson?
El español cerró la puerta y se fue detrás del cantante.— Hoy te llevo yo. Hay cosas que quiero acordar contigo en el camino.
Devlin lo miró con suspicacia mientras bajaba la tetera.— Tu café se acabó—. Le mostró el paquete vacío,— Yo diría que sólo da para una ración y ya.
—¿Le diste de mi exclusivo café colombiano a Ulisses? —Santiago hizo un gesto de fastidio con la boca.— Sí, ya sé que está aquí. Harry me lo contó anoche.
—No le he dado nada, al menos nada que sea tuyo, y nunca pensé que Harry fuera tan efectivo para contarte mi vida—. El moreno preparó la exigua cucharada y media que le quedaba y puso a funcionar la cafetera.
—Acuérdame cuando estemos en Heatrhow de comprar más. Éste sólo lo venden en el puesto de café. Y no, Harry no quería contarme nada, pero llegó hecho un mar de lágrimas y con una mejilla golpeada. Tenía que distraerlo con algo y fuiste tú la víctima.
Devlin dejó en el aire el cuchillo con el que estaba picando el jamón de soya para uno de sus mejores revueltos matutinos y se quedó con la boca abierta, Santiago estaba preocupado, eso no podía ocultarlo ni haciendo el esfuerzo.
—Anoche conoció a un tipo, y nosotros… Yo… lo dejé ahí simplemente. Es mi culpa.
—No, no es tu culpa, y sí me contó acerca de ese hombre, Brandon Hardy y no, no fue él. A Brandon lo conozco de mis días de escuela y de un par de trabajos. Es un perfecto caballero. Dejó a Harry en su edifico como prometió, sólo que el Maldito Novio tenía otras cosas en mente y a otro en la cama, y cuando el chico llegó se encontró con el espectáculo. El golpe y sus ropas volando por la calle fueron la respuesta a sus reclamos.
El rubio tenía el ceño fruncido. Estaba masacrando unos tomates que quería hacer con tostadas —¿Y me cuentas eso porque le vamos a dar una paliza al tipo verdad?
Santiago evaluó las posibilidades. No tenía ni idea de quien era el tal Jon, pero seguro no podría contra dos tipos robustos como ellos. Sus ojos se iluminaron con la bella idea de ver sangre de miserable regada por el pavimento. Al final suspiró.— No puedo meterte en problemas, no ahora.
—Pero hay que hacer algo… además de consolarlo, porque me imagino que tú y él…
—Él y yo no hicimos nada más de lo que Mateus y tú hicieron anoche.
—¡No hicimos nada! —Se defendió el cantante mientras regaba los tomates con su propia creación de finas hierbas y los metía con el pan en el tostador.
—Lo sé.— Santiago rió, — Se te nota en la cara ¿Y qué? ¿Te calentaron los huevos y ya?
—Odio cuando hablas así, pero básicamente sí—. Devlin suspiró con el aroma de Darjeeling en su nariz.— Con decirte que ya me he masturbado hoy y tenía unas ganas inmensas de seguirla en la ducha, pero si lo hago me voy a ver como muerto todo el día.
Santiago soltó una carcajada que retumbó por todo el piso, el otro le hizo señas para que bajara la voz.
—Es encantador ¿Sabes? Aún cuando no tiene ni idea de lo que está haciendo.
—Y está buenísimo.
—Eso también.
—Y te estuvo buscando ayer en el Gay.
—Eso no—. Devlin levantó sus ojos de la mezcla de arroz y carne de soya con un tris de salsa que estaba haciendo.— Fue mi total y absoluta culpa.
Santiago se sirvió el café que hervía en la máquina y se sentó en una de las bancas alrededor del mesón para disfrutar del sabor suave y de un buen chisme —¿Y entonces?
El cantante le pasó una de las tostadas que ya estaban listas y luego se detuvo a mirarlo a los ojos. Su ceño estaba fruncido pero sus ojos brillaban con algo de humor —¿Desde cuándo eres tan metiche? ¿Y desde cuando te cae bien Ulisses? ¿Y porqué últimamente vienes a desayunar aquí? ¡Shuuuu! —Lo amenazó con uno de los paños de cocina para que se alejara de los trocitos de carne vegetal.
Santiago rió y luego se quedó mirando al techo como evaluando la situación.— Desde lo que me contó Harry estoy curioso, por eso te pregunto, él me habló de dulce, crema y besos fugaces. Y no, Mateus no me cae mal, detesto a su representante, pero el pobre chico bien podría ser una víctima de las maquinaciones de la aberración conocida como Simon Gray. Aunque no me confío—. Tomó un sorbo de su taza.— Pero después de escuchar las maravillas y ver los corazoncitos que le salían por los ojos a Harry, decidí que las cosas hay que dejarlas fluir. Es tu vida, por tanto tu responsabilidad—. Le apretó la mano a Devlin.
—¿Maravillas, corazones? ¿De qué demonios hablas?
—¡Bah!— Descartó Santiago— Tonterías de Harry, dice que si hubiera podido decidir quien sería su hermano mayor, hubiera sido Ulisses, que es su ídolo y no sé qué más.— La voz del moreno se hizo más espesa y le pasó una mano por la nuca a Devlin.— Pero si algo saliera… no saliera como quieres, aquí estoy.
—Gracias.— Devlin evaluó la situación fugazmente.— Todo va a salir a pedir de boca, porque a pesar de las novelas que Harry y tú se escriban a costa de mi vida, no tengo intención de hacer nada del otro mundo con Ulisses.
Santiago lo observó en silencio.
—¿No hay nada aquí?— Se tocó el pecho a la altura del corazón.
—Muy buena pregunta—. Devlin suspiró— Ahora, si me permites llevaré este desayuno y nos vamos.
—Te sigo.
Devlin se volteó a medias con la bandeja.— ¡No te atrevas! —Se sonrojó— Está casi desnudo y…
—¡Dev por dios! ¡Hermano, si lo he visto casi desnudo en fotos varias! Incluso en las grabaciones.
—Si pero esto es… distinto…
El rubio se había quedado callado, un mínimo rubor en sus pómulos, Santiago comprendió.
—¿Al menos podré darle una ojeadita desde afuera?
—¡No!
La habitación había quedado en una agradable penumbra y afuera hacía un día espectacular, el cantante abrió un poco la ventana para que algo de ese aire entrara y despejara los vapores de la noche. Ulisses no daba muestras de moverse aún. Así que le dejó el desayuno en la mesita y le dio varios besos por la cara que fueron recibidos con gruñidos. Un último beso se quedó en los labios del modelo y se volteó para salir.
Santiago se esfumó del corredor haciéndose el loco, como si no hubiera visto todo, como si una alegría incipiente no se le mezclara con preocupación en el pecho.
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Ulisses se había levantado pasadas las once de la mañana. Había devorado el desayuno dejado por Dev y se había quedado otro rato abrazado a las cobijas y la almohada del rubio. Cuando consideró que se estaba viendo demasiado posesivo y tonto, se levantó y se dio una ducha fría para despertarse y dejar quieto a su cuerpo que no dejaba de inquietarse ante el recuerdo de la noche pasada. De no haber abierto la boca, Devlin seguramente lo habría hecho suyo. Y él lo hubiera consentido, claro que sí. Estaba cayendo redondo en algo que desconocía pero le resultaba tremendamente encantador.
Salió del baño y tras encontrar su ropa ya limpia en la lavandería, se vistió y escribió rápido algo para Dev. Volvería luego ya con todas sus cosas para instalarse esos días hasta cuando la pista estuviera lista y grabaran las últimas escenas. ¿Y luego qué? No tenía certeza de nada. Pero algo le decía que a esos ojos miel los iba a estar buscando mucho.
Salió del apartamento a eso de la una, tomando un taxi para el hotel. Se sentía relajado y con cierto sentimiento de satisfacción indefinido. Cuando al fin estuvo en su destino, subió a su habitación sin esperar más, diciéndole al administrador que preparara su cuenta.
—¿Señor Coelho? —el hombre tras el mostrador se rascó la nuca—, vino su representante a buscarlo. Está allá arriba en la salita de espera.
—Gracias Fred, yo me encargo. —Sonrió mientras caminaba al ascensor al recordar el nuevo nombre que usaría de ahora en adelante: Mr. Adonis. Casi estuvo tentado de pedirle al hombre que se dirigiera a él de esa manera.
Pero la alegría no duró demasiado cuando estuvo en su piso. Suspiró sabiendo que nada agradable le esperaba con Gray. Aunque sabía también que con Simon nunca se tenía la certeza de nada. Era tan cambiante como una marea.
—Así que después de todo estás siguiendo mi plan —Simon estaba medio recostado en el sillón, jugando con el móvil
—Hola Gray —sacó las llaves de su abrigo y abrió la puerta—, deja de perder el tiempo y mejor ayúdame a empacar.
Simon alzó una ceja al detectar cierto matiz distinto en la tonalidad de voz y en las expresiones del modelo. Lo conocía como la palma de su mano, era su joven joya.
—Así que las cosas se pusieron intensas —entró con las manos pegadas a la espalda, evaluando el terreno—, Ulisses, nunca me dijiste que tuvieras atracción por…
—No la tengo —cortó mientras comenzaba a doblar la ropa que tenía desperdigada—, es decir… no con cualquiera —suspiró—, no voy a entrar en detalles contigo porque no me tienes contento.
Simon ladeó la cabeza y se acercó más, olfateando alrededor del modelo.
—¿Lo besaste?
—No empieces…
—¿Te tocó?... ¿lo tocaste?
—Más vale que no sigas.
—Andaaa —sonrió abrazándolo mientras lo giraba y le tomaba el rostro para verlo fijamente—, quiero saber todos los detalles si es que ese hombre consiguió contigo lo que tantos otros han anhelado.
—¡Basta Simon! —apartó sus manos y lo empujó—, ya te dije que no diré nada. No quiero ver publicadas mis palabras tergiversadas en una revista o en un periódico.
—¿No me vas a perdonar eso, verdad? —puso sus manos en la cintura.
—No —terminó de doblar y haló su maleta—, al menos no por mucho tiempo.
El castaño suspiró y se sentó en el borde de la cama, halando algunas de las camisas de Ulisses.
—Está bien, como amigo te lo diré: lo siento.
El moreno le observó aún con desconfianza.
—Como sea…
—En serio —tiró del borde de la maleta—, a veces hago cosas que no son las mejores, lo acepto. Lo siento.
Ulisses suspiró y se cruzó de brazos. Gray era definitivamente único.
—Aún así no te contaré nada.
Simon hizo una trompita pero supo que Ulisses no soltaría información. Aun así, algo le decía que aun no había hecho “eso” con Devlin. Lo conocía cuando había tenido sexo, y hacía rato que no lo veía con aquel semblante radiante.
—Bueno, bueno, como sea —se levantó—, vine a buscarte porque te tengo buenas noticias.
—¿A sí?, ¿qué noticias?
—Un diseñador de esos “revelación” ha decidido contratarte para su colección debut. Dice que tienes la estructura que estaba buscando.
Ulisses alzó una ceja y sonrió.
—¿De verdad?
—De verdad —sacó de su chaqueta una tarjeta—, te quieren allí nada más termines este trabajo con Devlin. La línea se lanza oficialmente dentro de cuatro meses, así que partimos de Londres lo más pronto posible para comenzar con todos los preparativos.
—De vuelta a Miami.
—Y luego a Nueva York. Parece que también quieren lanzarlo en Milán.
—¿Alguien con influencias?
—Bah, seguro se acostó con un buen empresario —observó su reloj—, anda, te ayudo con todo esto, te sales del hotel y te llevo a comer. Luego supongo que vas a donde Devlin, ¿no?
—¿Has intuido que me quedaría con él?
—Ya sabes que soy un sabueso para todo —sonrió tomando unos abrigos del modelo—, anda, vamos y yo te llevo luego hasta tu “nueva casita” sano y salvo.
—Como sigas con eso voy a darte la patada que te merecías desde lo de los paparazzis.
—Tú siempre tan cariñoso —Simon sonrió y en su cabeza el engranaje ya había comenzado a medir consecuencias y a definir oportunidades.
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Las negociaciones habían sido productivas y el despliegue que el canal proponía para el video era increíble. Santiago no podía borrarse esa sonrisita de suficiencia en la cara mientras revisaba la agenda del día siguiente.
—Eric llamó. Las locaciones en Derbyshire se han vaciado y esperan por el aeropuerto. Mañana tienes que ir al estudio a revisar la nueva composición y estuve buscando a Gray para la oferta de la carátula.
—¿Y te respondió?
—Aún no, y se pone pesado…
Devlin lo miró de reojo —¿Te quiere de prenda?
—Y ve a saber de qué más. Miserable—. Mañana además tenemos que revisar el vestuario para la gira. Será un día ocupado—. Lo miró a los ojos con la burla pintada en la cara.— Siento que tu felicidad doméstica no vaya a durar tanto como pensabas.
—Deja de echarme en cara el haber ofrecido mi apartamento…
—Dev, —el moreno adoptó una pose seria, estaban en la parte de atrás del automóvil que generalmente llevaba a Devlin a todos lados cuando de negocios se trataba. Adelante Pearson estaba concentrado en las vías, la música y en la policía—. Te lo digo como amigo, y tú sabes que soy sincero. A veces me cuesta apartar mis roles cuando se trata de ti, sobre todo sabiendo que tenemos un tipo de relación tan difícil de conseguir en este mundillo, pero… bueno… lo diré… ¿Piensas que podrás estar bajo el mismo techo con ese modelito y no hacerle nada? Yo sé que eres rígido con tus sentimientos y emociones, yo diría que hasta sádico, ¿pero en serio crees que no sucederá nada, que no te enamorarás si con tan poco tiempo de conocerlo ya está en tu casa, en tu cama, en tu vida?
—Dijiste que lo mejor era dejarlo fluir… —Ese tema empezaba a ser incómodo. No se arrepentía de haber acogido a Ulisses, pero se arrepentía de comentarlo, de hablar de él, sentía que lo que sucediera entre el modelo y él era de su exclusiva competencia, y nadie tenía derecho a meterse en ello.
—Lo sé. Y créeme, si Mateus estuviera respaldado por alguien más, si no hubiese dicho que era heterosexual desde el principio, si no fuera tan condenadamente espectacular, yo no le pondría tantas pegas. Pero es asesorado por ya sabemos quien, tiene fama de matador entre las féminas de la industria y puede que su belleza te esté cegando. Yo sólo digo, tampoco te estoy echando la sal.
El rubio dejó salir una sonrisa dedicada al comentario final. Pero sus expresiones habían cambiado. Él había considerado todo eso. Y sin embargo, cuando lo tenía cerca, o debajo de su cuerpo o cuando lo besaba, el concepto y la persona simplemente parecían dos mundos aparte.
—Seré un loco pero voy a arriesgarme Santiago—. Cerró los ojos y empezó a darle golpecitos leves a la ventanilla, señal segura de impaciencia extrema y nerviosismo.— No digo que vaya a pasar nada entre los dos, pero si sucede aceptaré las consecuencias, podrás decirme “te lo dije” y compondré el álbum de despecho más doloroso de la historia.
—¿Y cantarás Creep solo para mi una noche?
—O.k. Pero sólo si no hay público, no quiero que los de Radiohead piensen que los suplanto. Como está la canción, es perfecta.
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Lo mismo pensaba Harry Poole en ese momento. Estaba en la cama de Santiago, estaba desnudo, y estaba dolorido, no sólo de cuerpo sino también de corazón. Tenía la almohada apretada contra su pecho y se desgañitaba cantando Creep.
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No le importaba si la letra le correspondía a él o no. Sólo quería un ritmo melancólico para sacar de su sistema lo que había pasado, no sólo la noche anterior, sino todo el tiempo que había estado con Jon.
La canción se acabó y la reprodujo de nuevo. En la mesa de noche reposaba la bolsita con hielo que el español le había preparado y que ya estaba derretido. Su mami solía ponerle filetes cuando alguien lo golpeaba. Eso había sido antes de que su familia al completo lo repudiara por su orientación sexual.
Las cosas que uno tenía que ver en pleno siglo XXI…
Dos litros de lágrimas más y dos repeticiones en el equipo de sonido de la habitación y decidió levantarse de la cama. Santiago le había decomisado el celular, pero sabía dónde estaba. Se levantó con pasitos rápidos hasta el clóset y fue por él. Lo encendió y encontró montones de mensajes y llamadas perdidas. Muchas de Jon, pero cuando consideró contestarlas, sus ojos cayeron en mensajes de texto de Dan, Mark e Ian. Los amigos de su patota, con los que salían de rumba cuando podían.
Parecía que el chisme se había regado y le preguntaban como estaba. Dan hacía referencia a lo triste que debía sentirse perder a “ese pedazo de carne suculento” e Ian le decía que con él le podía meter cuernos post si quería.
Borró todo sin contestar, pasó al buzón y descartó uno a uno los mensajes de Jon, tal vez se arrepentiría en un futuro cercano, pero por ahora lo odiaba tanto que no podía ni soportar su voz ni su pose de arrepentimiento. Después de todo Harry le había jurado que a la tercera golpiza lo dejaba… para siempre.
Esperaba cumplirlo. No era masoquista pero odiaba la soledad.
El siguiente mensaje era de su anfitrión, eso le sorprendió un poco:
—Sí pícaro, ya sé que encontraste tu celular, ya sé que debes estar desgañitándote como loca y de paso echando a perder mi preciada colección de CDs, pero no me importa, si te vistes lindo (Y para nada llamativo) te llevo esta noche a cenar. Después a bailar y si quedas con energía, tu decides si me quieres entre tus piernas toda la noche.
>>—¡Un beso ricura!
Eso definitivamente levantó el ánimo del pelirrojo. Y empezó a buscar entre sus pocas prendas qué podía ponerse. Sí, tenía un estilo algo llamativo, pero la vulgaridad de algunos de sus atuendos podía agradecérsela a Jon y a su mal gusto.
Como lo odiaba.
Escuchó el mensaje varias veces hasta que se decidió por un pantalón negro no muy apretado, una camisa de cuello sin mangas, por la cuál Santiago lo mandaría a freír espárragos, pero que era fácil de adecentar con un lindo saco de lana cuello V que el moreno tenía en su armario. Le quedaría grande, pero seguro adorable.
Buscó las sales de baño y volvió a escuchar el mensaje una vez más. Adoraba a ese hombre. El par de años que no se vieron le habían caído como piedra, sobre todo porque pensó que en algún momento formalizarían sus sesiones de sexo, pero nunca pasó; Santiago consiguió a alguien más (un miserable también), y él había caído en los brazos de Jon.
Sólo hasta que Santiago lo había llamado esa tarde había considerado engañar a su pareja. Aunque no se mereciera su eterna fidelidad. Por suerte aún estaba sano con todo lo promiscuo que era su compañero.
Decidió borrar el mensaje antes de meterse en la bañera y pasó automáticamente al siguiente, listo para borrarlo, sin embargo su sorpresa fue mayúscula cuando escuchó la voz agradable, profunda, estudiada que le hablaba como miel derretida desde el auricular.
—Hola Harry, espero no ser inoportuno ni sonar tan fastidiosamente ansioso por llamarle tan temprano, pero he pasado la noche en vela de solo recordar lo bellos que son sus ojos — se tomó una pausa y un suspiró como de una sonrisa nerviosa—, es usted realmente un hombre muy hermoso y yo como escritor soy propenso a crear los versos más intensos en honor a su belleza. No considere este mensaje como un “me he ganado un acosador” —rió—, más bien, un admirador que espera fervientemente que acepte una cena con música, vino y delicias incluidas. Claro, tampoco le pondré una fecha a su tiempo porque no soy el dueño, así que si considera mi oferta puede llamarme a este número. Me encantará pasar otra velada en tan exquisita compañía.
Henry se sentó en el borde de la bañera anonadado y ligeramente mareado. Tuvo que repetir el mensaje varias veces para creérselo, ¿sería cierto el dicho, de que cuando se cierra una puerta se abre un ventana? Sin embargo era muy pronto para dejarse llevar por la emoción. Brandon se le hacía tan galante que era imposible, no podía dejar de desconfiar. Y en cualquier caso no podría verlo mientras tuviera media cara convertida en un desastre.
El mensaje del profesor lo deprimió. Se metió a la tina botando el celular sobre la alfombra. Lo respondería después, cuando tuviera la cabeza de nuevo sobre los hombros.
Fin del capítulo 9
Creep pertenece a Radiohead, Albúm, "Pablo Honey" 1993, todos los derechos reservados.
Las canciones utilizadas en esta historia sólo son utilizadas como puntos de referencias de cultura pop. No las distribuimos, ni alentamos su descarga ilegal y no ganamos un centavo con ellas.
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Las recetas de la historia son 100% probadas por mi que les hace sus propias variaciones y se inventa otras, así que si tienen dudas sobre alguna, no duden en decirnos! (Dev les responderá en el menor tiempo posible XD).
Próximamente estaremos subiendo más extras de esta novela.
Agradecemos sus comentarios a: mi pobre Prim que dice que no tiene un pelo ya por nuestra culpa *la abraza*, a La Dama Azul, a quien esperamos, este nuevo cap le haya gustado, a Moonlover que es una cosita abrazable en sus comentarios, y a Emmagination (que genial nick) a quien le pagamos la deuda, y le dejamos más de Santi en este cap XDDD
Les gustó la canción? Es de las mejores de Radiohead, aunque ellos mismos (Thom Yorke, en especifico), la detesten XD
El video lo sacamos de YouTube.
Hasta la próxima!!!
2 comentarios:
Y por que yo no habia leido esto hasta hoy domingo?? mmm
Y por que se hacen tan cortos los capitulos??
Dev es un amor!! y van los dos de cabeza a enamorarse como estupidos.
Porque me da la impresion que todo muy pronto se va a tocer y poner feo? y porque me da la impresion que los principales involucrados serán sus respectivos managers??
Besos linda, espero de TODO CORAZON que se arregle tu problema con tu portatil!!! no nos vayas a a dejar sin DREAMMM!!!
Jijiji Prim! pero los hemos ido aumentando en páginas mientras avanzamos XDDDDD
Ohh seeeeeh esos dos ya están enganchados, no lo pueden negar y sí, tienes razón, los managers serán un poquito problemáticos, pero al final tienen sus propios asuntos... pero son una piedra en el zapato!!
MI problema con mi portátil parece arreglarse (gracias a dios) está en período de prueba, así que esperemos que todo resulte bien.
Un abrazooooo!!!
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